Con el avance de la tecnología y la investigación en materiales de construcción, el sector ha experimentado un constante cambio en materiales aislantes, siempre con la mirada puesta en la naturaleza y sus variados ejemplos, desde nuestros orígenes en las cavernas, observando soluciones prácticas en animales y pájaros. Desde entonces la aislación ha vivido una constante evolución en sus formas y sus materiales.
Desde los primeros intentos por generar una mejor aislación con rocas y barr, hasta complejas soluciones con nuevos materiales como paneles estructurales térmicos (SIP) y tableros hechos de OSB (Oriented Strand Board o virutas de madera orientadas), hemos avanzado significativamente. Tanto en Chile como en los Estados Unidos los “tableros arriostrantes” responden fuertemente frente al peor escenario mecánico estructural, gracias a las fibras jóvenes y fuertes.
Los primeros intentos de aislar edificaciones se remontan a tiempos inmemoriales con materiales naturales como paja, lana y arcilla. Aunque efectivas, estas opciones presentan limitaciones en durabilidad, diseños condicionados y mantenimiento. Además, eventos como el terremoto de Chillán en 1939 han revelado la importancia de una resistencia estructural superior a la proporcionada por el adobe y la adecuada triangulación en las cerchas de las construcciones.
Es importante tener presente que material más térmico es aquel que “ocluye” o atrapa mejor el aire. Es también crucial considerar el cuidado del material aislante para evitar humedades y deformaciones, lo que afecta el confort térmico y la calidad de vida. El correcto detalle constructivo no solo considera aspectos estéticos, sino también estructurales, térmicos y ambientales. Con una adecuado envolvente térmico, sellos, orientación de ventanas y ventilación, podemos lograr una reducción significativa en el consumo de energía y una mejora en la calidad de vida. Hoy no es descabellado entonces pensar que de un consumo anual de entre 150 y 300kw por m² al año se pueda reducir al rango de entre 15 y 40kw.
La evolución de los materiales aislantes ha llevado al desarrollo de soluciones más eficientes y sostenibles. Los paneles SIP destacan por su capacidad para ofrecer aislamiento térmico, resistencia estructural y facilidad de instalación. Sin embargo, es importante considerar la carencia en ¨masa térmica¨ del SIP y complementarla con sobrelosas o losas térmicas para obtener un alto rendimiento térmico.
En resumen, los paneles estructurales térmicos lideran el camino hacia una construcción más inteligente y energéticamente eficiente. Con su capacidad para proporcionar un aislamiento superior, resistencia estructural y facilidad de instalación, los paneles SIP tienen una insuperable relación precio-calidad. Sin lugar a dudas una excelente opción para aquellos que buscan maximizar la eficiencia energética en sus proyectos de construcción.
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